Con una sonrisa la vida se vive mejor. Imagínate con miles de sonrisas auténticas y verdaderas. Los mayores deberíamos aprender de los niños, de sus transparentes y originales sonrisas. Algo que parece tan simple, pero a la vez tan infinitamente complicado.
Vivimos en un mundo dominado por el consumismo egoísta, malcriado, envidioso y avaricioso. Tendemos a querer lo que no tenemos, a descuidar y devaluar subconscientemente lo que tenemos. Y una sonrisa pura y verdadera no se puede comprar con dinero. Hay mucho dinero en el mundo, de hecho, todos los días se hace dinero nuevo.
Una sonrisa significa mucho. Enriquece al que la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra. La sonrisa cuesta menos que la luz y das más que la electricidad. Sabías que son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír.
La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inmovible. Hay sonrisas que no son de felicidad, pero es un modo de llorar de bondad. No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa.
Así que te propongo una sola cosa, ya que tengo el privilegio de que me estés leyendo y hayas llegado hasta aquí. Prometo no pedirte nada a cambio y esto que está apunto de suceder será un secreto entre tu y yo. Espero que no te moleste simplemente SONRÍE.
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