“ LA FAMILIA MANDA “
Mis padres, casi
sin darse cuenta, son los que nos acostumbraron a viajar desde bien
pequeños.
Recuerdo cuando
terminaba la temporada de verano y se cerraba el negocio, por unas
más que merecidas vacaciones de todo un año estirando el cuero;como
dice mi padre,( hemos crecido entre cajas de zapatos).
Entre los destinos de vacaciones
siempre estaban: Las Palmas de Gran Canaria donde veíamos a la
abuela Carmen y a toda la familia. Íbamos al cementerio y a visitar
a la Virgen del Pino, a animar a la Unión Deportiva y a comernos
unos bocadillos de chorizo de Teror.
Otros de nuestros destinos han sido
Galicia, Málaga, Madrid, Barcelona, Sevilla, Paris, Túnez, República Dominicana, Portugal…….
Casi siempre éramos cuatro hasta
que apareció Alejandro.
Curioso que los dos últimos viajes
familiares me los perdí. Yo siempre con mis líos y ocupado con mi
ego personal. Uno de ellos fue a Las Palmas, cuando mi abuela aún
vivía. El otro a Egipto, país en el que hoy día si quisiera
visitar correría serio peligro.
Este verano, en unas de las veces
que caí de rebote por mi casa para comer con mis padres y cubrir el
parte , me preguntaron: señor Don Carlos Juan (ironía mía) ¿se
vendría usted de vacaciones con toda la familia cuando acabe el
verano?.
Después de perderme los dos
últimos viajes y saber que mi abuela por desgracia ya no está. No
podía faltar. Aparte de necesitarlo, parece que el viaje cayó
bendecido del cielo.
Por mi culpa los lazos de unión
estaban tocados. Por mi culpa, por “mea culpa”…. por escudarme
fuera de la familia, por no querer hacer daño y alejarme sin querer,
por acercar el sufrimiento, la angustia y la agonía….
-22 DE SEPTIEMBRE: los Santana
Pelegrín se van de excursión: Destino la Capadocia – Estambul.
De repente todos
unidos, conviviendo y viajando juntos como una gran familia. Sin
darme cuenta empiezo a saborear hasta la más mínima tontería y a
observar a mí alrededor:
Alejandro, el pequeño, ya no es
tan pequeño (casi tiene mi altura y es mucho más guapo e
inteligente que yo).
Jessica, mi hermana la pequeña,
ya no es tan pequeña y ahora es mi hermana mayor; una mujer guapa,
inteligente, valiente, emprendedora, luchadora, constante y bella por
dentro.
Y los patriarcas, los jefes, mis
padres; con más de treinta años juntos, fuertes y unidos como
el primer día.
Ahora sólo puedo darles las
gracias por todo: por darme la vida, guiarme, inculcarme unos valores
muy por encima de todo lo que hoy nos envuelve en esta sociedad.
Gracias por no haberme dado más caprichos de los debidos. Gracias
por darme esta familia, estos dos solazos de hermanos. Gracias por
hacernos siempre remar en la misma dirección y por mantenernos
siempre a flote y unidos.
¡¡ GRACIAS POR TODO !!.
Gracias a mi Madre por ser una
guerrera, luchadora, por darme la vida, por aguantarme, quererme y
mimarme.
Gracias a mi Padre por ser mi
único y verdadero ídolo, por ser tan grande y demostrarme las cosas
con sus acciones, por apretarme, quererme, valorarme y perdonarme…
gracias por entregarme ese gran corazón.
Y dando las GRACIAS, me quedo con
todo lo vivido de vuelta de un hermoso viaje que marcara un antes y
un después en mi vida. Donde lo mejor fue ver a mis padres radiantes
de felicidad, orgullosos de ver la familia que han creado, formado y
llenado de valores.
Simplemente me siento eternamente
agradecido de ser un: “Santana Pelegrín”.
Ya no habrá más tiempo perdido, más
egoísmo, porque como la familia no hay nada y hay que cuidarla,
mimarla, quererla, sentirla, apreciarla y valorarla.
Prometo nunca más dejar de
compartir momentos con ellos y no anteponer nada a mí familia, pues
siempre : LA FAMILIA MANDA.